Si hay algo que pedimos a todos
los que se acercan a nuestro estudio para contratar nuestros servicios es que
amen y aprecien la fotografía en la forma y medida en que nosotros lo hacemos o
al menos que sepan apreciar el trabajo, el esfuerzo y el amor que hay detrás de
cada toma. La fotografía de una boda y en definitiva, las fotografías de
nuestra vida, son algo muy importante. Nuestros recuerdos se vuelven
imperecederos a través de las fotografías y únicamente comprendemos lo que
éstos significan y el verdadero valor que tienen cuando podemos comparar
nuestras fotos. Son muchísimas las personas que han dedicado su tiempo, su
sabiduría, su vida… a este arte y cada día son más aquellos que se interesan
por esta humilde pero hermosa profesión, aunque realmente somos pocos, muy
pocos, los que llegamos a vivirlo como una verdadera vocación en vida, como un
fin en sí mismo, una forma de vida, una filosofía. Sabemos que realmente hemos
nacido para hacer esto. Hemos sido abocados a este existir con la única finalidad
de inmortalizar los recuerdos de miles de personas. Esta es nuestra labor,
nuestro cometido, nuestra razón de ser y estamos orgullosos de ser felices
haciéndolo y viendo como otros disfrutan al ver sus vidas reflejadas en
nuestras fotos.
Cristina y Humberto nos
confiaron las fotos de su boda porque supieron ver esta cualidad en nuestras
fotografías, descubrieron nuestro amor por este arte y quisieron que fuéramos
los que inmortalizáramos su día especial. Se casaron en la Colegial del
Salvador en Sevilla y luego nos dirigimos a la celebración, muy cerca del
Guadalquivir, en el Cortijo Majaloba. Ellos fueron los que eligieron no posar
demasiado y que les tomáramos las fotos de una manera documental. Esta es una
de las razones por las que cada vez más parejas confían en nosotros ya que
saben que pueden relajarse durante su gran día y disfrutar de sus fotografías a
la vuelta de la luna de miel. Esperamos que disfruteis las fotografías, de
vuestro album y recordeis vuestra boda como lo hacemos nosotros, con el mayor
de los orgullos y como uno de los días más hermosos que pueden vivirse. Sed
felices.