El arte de la talla del cristal de Murano no se enseña en las escuelas, tampoco se aprende por internet..... un aprendiz necesita no menos de quince años junto a un maestro tallista para poder realizar obras de calidad por su cuenta, independizarse y firmarlas.
Siempre bajo la amenaza de la copia asiática, los habitantes de Murano guardan con mucho celo los secretos de su arte y a pesar de que es casi una atracción turística el ver a los artesanos trabajar el vidrio, en la medida de lo posible intentan mantener a salvo su patrimonio sabedores de que, como en todo arte e independientemente de la calidad, la idiosincrasia y la cultura originales son casi imposibles de copiar.
Siempre bajo la amenaza de la copia asiática, los habitantes de Murano guardan con mucho celo los secretos de su arte y a pesar de que es casi una atracción turística el ver a los artesanos trabajar el vidrio, en la medida de lo posible intentan mantener a salvo su patrimonio sabedores de que, como en todo arte e independientemente de la calidad, la idiosincrasia y la cultura originales son casi imposibles de copiar.
Mención especial para nuestros amigos noruegos Eirik Vandvik y Kristian Pohl, de Mentalpropell, a los que conocimos cenando en Venecia y cuya inspiración nos sirvió para realizar algunas de estas tomas de Murano.
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