El camino a la redención según Wim Wenders y Sebastiao Salgado
Hace ya algún tiempo que nuestro amigo Jerry Ghionis nos deleitó con unas referencias magistrales sobre una película que se estrenó a primeros de este año y que a grandes rasgos atisbaba la realidad de los fotógrafos actuales, sobre todo los que desarrollan su labor en publicaciones especializadas. En "La vida secreta de Walter Mitty" descubrimos historias sobre la belleza, historias sobre la especialización del fotógrafo, de sus tiempos, sus temores y de la importancia de su trabajo para guardar la memoria de nuestras vidas.
Aquello me pareció bastante interesante por el hecho de que alguien, desde algún remoto lugar, se atreviera a hablar sobre las inquietudes de este sector, sobre las personas que lo conforman e incluso sobre su futuro. Aquello quedó ahí, con el sabor agridulce que provoca el saber que en algún lugar y tiempos remotos alguien se ocupó de la fotografía y quizás, en un futuro, algunos más seguirían el camino que históricamente y tan tímidamente se inició sobre las obras de los profesionales de la imagen.
La sorpresa fue al descubrir que aquello que pensé tardaría mucho en repetirse pudiese llegar tan pronto y, aunque en nuestra industria siempre tenemos referencias internas de otros compañeros, llegó la noticia del estreno en Versión Subtitulada Original del documental que nos trae la aparición de este artículo.
La pretensión no es desarrollar una crítica hollywoodiense de esta versión subtitulada, ni mucho menos. Más aún trato de escribir sobre las impresiones y la experiencia conmovedora que provocó el hecho de enfrentarnos a una película hablada en tres idiomas diferentes, subtitulada y tan especializada, pensaba yo, iluso, en el asunto fotográfico.
De Sebastiao queda poco por descubrir y por ello no voy a disertar gran cosa sobre este asunto. Su vida y trabajo le preceden. En la web cualquier foto que aparezca al hacer una primera búsqueda interesándonos por su trayectoria hará que nos estremezcamos por el horror o por la belleza, por la acritud o la dulzura, por la miseria o por el imponente misterio, por el hombre, por la naturaleza, por la grandeza de lo humano o por su decadencia más infernal y dantesca. Este tipo de fotógrafos son los que fotografían personas. Los fotógrafos de paso fotografían fantasmas.
Y así es como llegas a la Sala casi una hora antes, te plantas ante el cartel de La Sal de la Tierra, compras las entradas, palomitas en mano y alguna botella de agua….. te sientas, se apaga la luz, comienza la película. Como una rutina alcanzas el gran paquete de palomitas, te echas algunas a la boca mientras la primera imagen que ves en la pantalla gigante es el más grotesco espectáculo humano que nadie pueda esperar. Se te seca la boca, se te hace un nudo en la garganta, casi no puedes tragar. Notas como un puño de aprieta el alma y ya no te la suelta hasta mucho después de que baje el telón y termine la película.
Sin duda, esta obra maestra documental sobre el fotógrafo Sebastião Salgado es un convincente testimonio de nuestro tiempo y una reflexión sobre la condición humana alrededor del planeta que aunque parezca una utopía, nos muestra la posibilidad aún de mantener la esperanza en el género humano.
Y así es como llegas a la Sala casi una hora antes, te plantas ante el cartel de La Sal de la Tierra, compras las entradas, palomitas en mano y alguna botella de agua….. te sientas, se apaga la luz, comienza la película. Como una rutina alcanzas el gran paquete de palomitas, te echas algunas a la boca mientras la primera imagen que ves en la pantalla gigante es el más grotesco espectáculo humano que nadie pueda esperar. Se te seca la boca, se te hace un nudo en la garganta, casi no puedes tragar. Notas como un puño de aprieta el alma y ya no te la suelta hasta mucho después de que baje el telón y termine la película.
Sin duda, esta obra maestra documental sobre el fotógrafo Sebastião Salgado es un convincente testimonio de nuestro tiempo y una reflexión sobre la condición humana alrededor del planeta que aunque parezca una utopía, nos muestra la posibilidad aún de mantener la esperanza en el género humano.
Una historia que sobrepasa el entorno del fotógrafo. Una historia que nos descubre el papel de los fotógrafos y de la fotografía en nuestros días, su valor real, la importancia de las historias y de que alguien nos las muestre tal y como son. Una historia que se instala en cada uno de nosotros como parte de este planeta, como responsables últimos de su degradación o de su resurrección. Para todos los públicos, excelente, sobrecogedora, atroz, hermosa….. al final no sabremos si amarla u odiarla pero una cosa es cierta, no nos dejará indiferentes.
Y es que llega un momento en que no es uno quién está sacando fotos. Algo especial pasa entre el fotógrafo y las personas fotografiadas. Llega un momento en esa relación en la que las personas nos dan las fotos….
