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La Fotografía actual

Fotografía Bodas. Marquex Fotografo

Cuando la fotografía comenzó a adaptarse a los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías digitales se fueron instaurando en nuestra sociedad, realmente cambió el sentido de la profesión de fotógrafo, se fue perdiendo la esencia misma de la fotografía, la escuela de los antiguos maestros de la luz; de tal forma que hoy en día cualquier persona puede adoptar, y de hecho muchos adoptan, el rol de “fotógrafo”, siendo cada vez más difícil encontrar verdaderos profesionales de este sector. Y es que el trabajo de fotógrafo nunca ha sido fácil y sin embargo en estos tiempos que corren parece serlo y además está muy de moda.

Ser profesional de la fotografía, sin duda, es un trabajo de servicio a los demás, supone vivir para los demás, darse a los demás y contemplar sus vidas, retratarlas y observar diariamente su devenir. La preparación psicológica del fotógrafo ha de ser alta para estar dentro de una profesión poco reconocida, no siempre bien remunerada y a veces testigo de sucesos terribles e impactantes para su persona que sin duda influenciarán su devenir y sus actitudes. Se hace bastante complicado conseguir un rendimiento económico con la presión de encargos mal pagados, desvalorados y con márgenes de tiempo mínimos, siendo casi imposible encontrar empresas con un departamento de fotografía exigente que apueste por verdaderos profesionales del sector y una calidad productiva suficiente, unido esto a la falta de acceso a puestos de trabajo para tales departamentos, lo que irremediablemente nos lleva a un empobrecimiento de la industria que hace que no tenga sentido ser fotógrafo, máxime cuando muchos hemos oído eso de que hoy en día cualquiera puede comprarse una máquina de fotos buena y hacer fotografías de calidad.

Está claro que la industria de la fotografía atraviesa una gran crisis que está provocando diversas reacciones; en primer lugar, la transformación del mundo digital propicia que cada vez más gente tenga acceso a tecnologías hasta ahora sólo accesibles a profesionales y que provoca un sentimiento de pérdida y desorientación en la industria que ve como la fotografía se convierte en un sector de fácil acceso por cualquier persona, al tiempo que asistimos a la reducción de la exigencia de editoriales y clientes, así como a un importante detrimento de la cantidad de dinero que se invierte en la industria. La degradación del servicio ofrecido por algunas firmas, impuesto por una demanda social empobrecida, hace que únicamente sobrevivan aquéllos mejor establecidos o algunos privilegiados bien encauzados.

Asimismo hay que hacer notar que, curiosamente, muchísimas de esas personas que se aventuran en el mundo de la fotografía por placer o hobbie acaban dedicándose al mundo de las bodas o de la moda (dinero fácil y rápido) y crean un exceso de competencia y ruido que desorienta al usuario final que encuentra francamente difícil saber hacia donde dirigir su atención.

Este sentimiento de malestar es común en conversaciones de profesionales. Editoriales mal pagadas, books a precios irrisorios, precios de bodas por los suelos, incluso negativos digitales regalados… . Que la fotografía no es un negocio para hacerse rico es algo evidente y elemental, por ello cada día más valoramos a aquellos fotógrafos auténticos que se embarcaron en el mundo de la fotografía, no en busca de dinero, sino de una necesidad vital a pesar de las renuncias y de las etapas bajas de moral, a pesar de los sacrificios y el tiempo invertido en aprender. Aquellas personas que miran esta profesión desde su esencia y se arriesgan a innovar, las que apuestan por la búsqueda de la calidad fotográfica, los que convierten esta profesión en arte… a esos son a los que realmente tenemos que agradecer que aún hoy persista el significado de la auténtica fotografía.

Hacer buenas fotografías no es algo trivial y no se aprende en uno o dos años. Para conseguir un estilo consistente se requieren muchos años de esfuerzo, de aprender, de practicar, de mucho conocimiento, paciencia, tiempo y disciplina. La mayoría de estas personas que se aventuran en la fotografía por lo anteriormente expuesto es gente impaciente y no entienden que esto no es fácil de conseguir, requiere de una gran cantidad de años y algunos incluso se permiten dar clases y enseñar a otros fotógrafos tan pronto como han empezado.

A todos estos que se aventuran en esta industria sin patrones claros o verdadera vocación, nos gustaría decirles que el éxito no está en el reconocimiento, ni en la fama, ni en el dinero. El éxito está en lo que nuestra aportación y trabajo nos devuelva interiormente, en que todo ese esfuerzo personal derrochado por y para la fotografía haya valido la pena.

Saludos


Fotografía Bodas. Marquex Fotografo