¿Cómo elegimos una foto para nuestro salón?, ¿qué importancia tiene para ti una fotografía?. Si para ti la fotografía tiene poco significado y lo que quieres es decorar un poco la pared o cambiar de color la dominante de esta estancia de la casa, simplemente ponle un precio acorde a tu poder adquisitivo y cómprala. También puede pasar que tal vez te interese un poco más el contenido artístico de la fotografía o la evocación de algún paisaje y entonces necesites algo que medianamente satisfaga tus pretensiones artísticas sin salirse del presupuesto que hemos marcado para tal fin. Se trata sólo de decorar un poco y cambiar el “look” de nuestro salón.
Hasta aquí todo perfecto, casi lo que hacemos y pretendemos la mayoría de los mortales, es decir, fijarnos un precio para gastar en decoración y acceder al centro comercial de turno, llámese IKEA o Carrefour y gastarnos el presupuesto del que disponemos en alguna imagen de stock con su marco incluido y con la pretensión de que dicho presupuesto nos dé, además, para tomarnos un cafecito después de la adquisición de la decoración de nuestro salón.
Ahora bien, ¿qué ocurriría si quisiéramos tener una fotografía un poco más personal?, ¿una fotografía de nuestros hijos, o de nuestros padres? ¿cómo sería esa fotografía?,,. ¿qué transmitiría?... Posiblemente si pensamos en nuestro padre nos gustaría que transmitiera afecto, comprensión, fortaleza, alegría, amor, nos gustaría recordar la expresión de sus ojos, los momentos que compartisteis juntos, las cosas que te enseñó, su forma de mirar…Está claro que ahora ya no hablamos de una pintura, de una foto cualquiera o de un mural del IKEA enmarcado en su hermoso metacrilato, ahora hablamos de nuestra vida, de nuestras vivencias, de nuestra familia, de nuestra obra de arte.
Igualmente podemos formularnos muchas más preguntas al respecto como por ejemplo si nos gustaría tener un cuadro con una foto de nuestra familia al completo, de nuestros hijos con sus esposas, de nuestros nietos….. seguro que todo el mundo diría que sí… nos la imaginamos colgada en nuestro salón, y tal vez pensemos incluso en cómo la miraríamos, sentados en el sofá o de píe junto a la ventana, volviendo la cara al descubrir un nuevo detalle que antes no vimos y lo curioso es que en muchos casos se nos viene a la mente esta situación pero mirando la foto de mayores. Recordando a nuestros hijos cuando eran pequeños, junto al mar, correteando, riendo…miles y miles de imágenes que se nos vienen a la cabeza, cualquiera de ellas dignas del mejor marco en el mejor de los salones….. y es que la vida avanza y hoy somos jóvenes y nuestra piel está tersa, probablemente nos planteemos tener hijos en breve. Tenemos la facultad de generar vida, nuestro cuerpo está lleno de energía. Pero poco a poco, nuestro cuerpo irá perdiendo su tersura e iremos envejeciendo y los años se dejarán ver no sólo en nuestra piel, sino en todo lo que nos rodea. Nuestros hijos irán creciendo y, pasado un tiempo, les dejaremos. No seremos los únicos, ellos también dejarán a sus hijos, y así sucesivamente.
¿Qué quedará de nosotros entonces?, ¿qué quedará de ellos entonces?. Sólo lo que recordemos. La juventud es un regalo que la vida nos da y es absurdo no querer mantenerla viva para siempre si se puede, al menos de manera visual. Queremos ser buenos padres y mejores abuelos, pero descuidamos el crear un legado, descuidamos el transmitir y conservar de un modo visible nuestro esfuerzo por preservar el valor de nuestra familia, aquello que una vez creamos con una ilusión, con unos propósitos y en lo que firmemente creímos, nuestra vida.
La importancia entonces de la fotografía, la importancia de los recuerdos, no se manifiesta una vez los colgamos en la pared. Son un sentimiento que surge en momentos de flaqueza, cuando nos reencontramos visualmente con algo de valor en nuestra vida y, en compañía del silencio, nos hace recordar lo que fueron otros, lo que fuimos nosotros y en lo que una vez creímos. Sólo entonces comprendemos la intensidad e importancia de tal poder, sólo entonces valoraremos nuestra buena elección pasada.
Las fotografías son testigos narrativos de todo lo que acontece en nuestras vidas y en la de los que nos rodean. ¿Cómo las elegirías?. ¿Qué importancia les das?.....
Ahora sólo te queda elegir bien al autor.
Es tu decision.
Hasta aquí todo perfecto, casi lo que hacemos y pretendemos la mayoría de los mortales, es decir, fijarnos un precio para gastar en decoración y acceder al centro comercial de turno, llámese IKEA o Carrefour y gastarnos el presupuesto del que disponemos en alguna imagen de stock con su marco incluido y con la pretensión de que dicho presupuesto nos dé, además, para tomarnos un cafecito después de la adquisición de la decoración de nuestro salón.
Ahora bien, ¿qué ocurriría si quisiéramos tener una fotografía un poco más personal?, ¿una fotografía de nuestros hijos, o de nuestros padres? ¿cómo sería esa fotografía?,,. ¿qué transmitiría?... Posiblemente si pensamos en nuestro padre nos gustaría que transmitiera afecto, comprensión, fortaleza, alegría, amor, nos gustaría recordar la expresión de sus ojos, los momentos que compartisteis juntos, las cosas que te enseñó, su forma de mirar…Está claro que ahora ya no hablamos de una pintura, de una foto cualquiera o de un mural del IKEA enmarcado en su hermoso metacrilato, ahora hablamos de nuestra vida, de nuestras vivencias, de nuestra familia, de nuestra obra de arte.
Igualmente podemos formularnos muchas más preguntas al respecto como por ejemplo si nos gustaría tener un cuadro con una foto de nuestra familia al completo, de nuestros hijos con sus esposas, de nuestros nietos….. seguro que todo el mundo diría que sí… nos la imaginamos colgada en nuestro salón, y tal vez pensemos incluso en cómo la miraríamos, sentados en el sofá o de píe junto a la ventana, volviendo la cara al descubrir un nuevo detalle que antes no vimos y lo curioso es que en muchos casos se nos viene a la mente esta situación pero mirando la foto de mayores. Recordando a nuestros hijos cuando eran pequeños, junto al mar, correteando, riendo…miles y miles de imágenes que se nos vienen a la cabeza, cualquiera de ellas dignas del mejor marco en el mejor de los salones….. y es que la vida avanza y hoy somos jóvenes y nuestra piel está tersa, probablemente nos planteemos tener hijos en breve. Tenemos la facultad de generar vida, nuestro cuerpo está lleno de energía. Pero poco a poco, nuestro cuerpo irá perdiendo su tersura e iremos envejeciendo y los años se dejarán ver no sólo en nuestra piel, sino en todo lo que nos rodea. Nuestros hijos irán creciendo y, pasado un tiempo, les dejaremos. No seremos los únicos, ellos también dejarán a sus hijos, y así sucesivamente.
¿Qué quedará de nosotros entonces?, ¿qué quedará de ellos entonces?. Sólo lo que recordemos. La juventud es un regalo que la vida nos da y es absurdo no querer mantenerla viva para siempre si se puede, al menos de manera visual. Queremos ser buenos padres y mejores abuelos, pero descuidamos el crear un legado, descuidamos el transmitir y conservar de un modo visible nuestro esfuerzo por preservar el valor de nuestra familia, aquello que una vez creamos con una ilusión, con unos propósitos y en lo que firmemente creímos, nuestra vida.
La importancia entonces de la fotografía, la importancia de los recuerdos, no se manifiesta una vez los colgamos en la pared. Son un sentimiento que surge en momentos de flaqueza, cuando nos reencontramos visualmente con algo de valor en nuestra vida y, en compañía del silencio, nos hace recordar lo que fueron otros, lo que fuimos nosotros y en lo que una vez creímos. Sólo entonces comprendemos la intensidad e importancia de tal poder, sólo entonces valoraremos nuestra buena elección pasada.
Las fotografías son testigos narrativos de todo lo que acontece en nuestras vidas y en la de los que nos rodean. ¿Cómo las elegirías?. ¿Qué importancia les das?.....
Ahora sólo te queda elegir bien al autor.
Es tu decision.
